Podemos traducir la palabra Mindfulness como atención plena. Lo que busca el Mindfulness es que la persona se centre en el presente, en lo que sucede en todo momento sin juzgar ni valorar.
Esta práctica la introdujo en occidente el profesor de medicina y director de la clínica para la reducción de estrés, Jon Kabat-Zinn, que después de seguir a maestros budistas y practicar meditación y yoga, integró estos aprendizajes con la ciencia occidental para obtener una técnica que funcionara para reducir el estrés.
Esta es la descripción que hace del Mindfulness:
“Es el proceso de observar expresamente cuerpo y mente, de permitir que nuestras experiencias se vayan desplegando de momento en momento y de aceptarlas como son. Ni implica rechazar las ideas ni intentar fijarlas ni suprimirlas ni controlar nada en absoluto que no sea el enfoque y la dirección de la atención…”
¿Qué logramos con la práctica del Mindfulness de manera habitual?
- Más paz interior
- Mayor equilibro
- Menor reactividad emocional
- Una mayor aceptación y compasión por si mismo.
¿Cómo nos puede ayudar con el duelo?
Cuando estamos en duelo nuestras emociones están desbordadas, estamos enfadados, nos sentimos tristes, angustiados, culpables, cansados, con una intensidad que nos deja fisicamente exhaustos, y además generalmente tenemos problemas de insomnio, concentración y algo que nos hace pensar de manera continua en cosas que nos provocan sufrimiento, con lo que es difícil tener una tregua para descansar mental, física y emocionalmente.
Aunque todo esto forme parte del duelo y es normal, no deja de ser muy angustioso de vivir. Si podemos encontrar algún momento en el día para poner en práctica el Mindfulness e intentamos ser constantes aunque sea con 5 minutos diarios poco a poco veremos de que manera nos beneficia y el mismo cuerpo nos pedirá estos valiosos minutos de presencia plena.
