El origen del masaje californiano lo encontramos en la escuela Esalen de California, creado por terapeutas gestaltistas que abogaban por la liberación del cuerpo y la expresión de las emociones, para conseguir el equilibrio de la persona y para ello combinaron lo mejor de occidente con lo mejor de oriente.
El masaje californiano está concebido holisticamente, como una experiencia global que aporta beneficios físicos y psicológicos. Por eso es muy importante la calidad del toque, el ritmo respiratorio y a la sincronización energética entre terapeuta y cliente.
A tal efecto el masajista utiliza aceite tibio que facilita el deslizamiento por la estructura muscular y las líneas de los meridianos energéticos. Sus movimientos ondulantes y envolventes evocan el balanceo de las olas y nos retrotraen al vientre materno.
Este tipo de masaje está especialmente indicado para situaciones de estrés, dolores crónicos, procesos de cambio, duelo o crisis. Por sus resultados es una de las técnicas que más se pueden aplicar con fines anti estrés.
Además de conseguir la relajación del cuerpo, mejora la percepción de la propia estructura física, la escucha interna y la autoestima.