Un interesante estudio realizado en la Universidad de Michigan a demostrado que estar al aire libre en contacto con la naturaleza mejora el nivel de depresión, presión arterial y estrés, ya que está vinculado con una mejor salud mental y una mayor positividad.
El sonido de la naturaleza también ejerce un impacto positivo a nivel mental, al igual que los olores que lo ejercen de manera inmediata y profunda ya que el olfato está vinculado a partes de nuestro cerebro responsables de la gestión de las emociones. Tanto árboles como plantas emiten un compuesto orgánico que desacelera la respiración y reduce la ansiedad.
Por otro lado cuando nos sentimos tristes o ansiosos nos parece que no tenemos control sobre nuestras vidas, y el hecho de caminar por la naturaleza puede ayudar a recuperar el control del cuerpo y ese es el primer paso para recuperar el control de nuestras emociones.
Después de un suceso tan traumático, como la pérdida de un ser querido, el nivel de endorfinas primero sube y al cabo de unos días baja y es entonces cuando sentimos más el dolor emocional e incluso físico.
Una manera de recuperar el nivel de endorfinas es que nos toque el sol, ya que los rayos UV aumentan tanto el nivel de endorfinas como el de serotonina, lo que nos hace sentir menos cansados y rebaja el nivel de ansiedad. A la vez la serotonina también interfiere en la producción de melatonina encargada de regular el sueño.
Con lo que un paseo un día soleado por la naturaleza es altamente recomendable para serenar nuestra mente, recuperar un poco de vitalidad y dormir mejor.