22 October, 2016

Tipos de duelo

Existen múltiples clasificaciones y denominaciones para explicar los tipos de duelo según sus características. Aquí una de ellas.

Duelo normal 

Es aquel que desarrolla el 85% de personas, tiene un amplio abanico de emociones y conductas que son naturales después de una pérdida, con una duración de entre 3 y 5 años, y con altos y bajos durante este tiempo.

Erich Lindemann y sus colaboradores en 1942 llevaron a cabo un estudio con población que había perdido a un familiar en un accidente multitudinario e identificaron las características comunes de un duelo normal o agudo:

  • Alguna forma de malestar corporal.
  • Preocupación por la imagen del fallecido.
  • Culpa relacionada con el fallecido o con las circunstancias de la muerte. 
  • Reacciones hostiles. 
  • Incapacidad para actuar como antes de la pérdida. 

Además, observaron que muchos pacientes desarrollaban también rasgos del fallecido en su propia conducta. Las personas en duelo que vemos hoy en día tienen una conducta similar al estudio que se describió hace ya 80 años.

Duelo crónico

Este tipo de duelo es la consecuencia de una detención en la etapa de conexión e integración, es decir, que la persona se queda bloqueada en una fase de negación o evitación. Existen ciertas variables de riesgo, como pueden ser factores de personalidad, vulnerabilidad pre pérdida, dependencia emocional, factores circunstanciales, como muertes desautorizadas o de niños, factores interpersonales como puede ser una relación ambivalente con el fallecido, una vinculación insegura ansiosa, pérdidas múltiples, etc… Habitualmente las personas que presentan un duelo crónico han tenido una historia de relaciones marcadamente dependientes, tanto con sus padres como con sus parejas. En estos casos es importante contar con apoyo social para que el doliente comparta su pérdida y se sientan escuchados. Suelen darse mensajes así mismos como “si no siento dolor es que no le quería”.


Duelo desautorizado

Los duelos desautorizados son aquellos que, por algún aspecto de la relación entre el doliente y lo que ha perdido, son deslegitimados por el entorno de esta persona o la sociedad en su conjunto, que le restan valor y “prohíben” sus manifestaciones naturales (Doka 1989). Entre los ejemplos más comunes de duelo desautorizado tenemos los producidos por la muerte de una mascota, de un amante, de un paciente, de una persona mayor o por muerte perinatal.

Pero también puede desarrollarse cuando el tipo de muerte es censurado o tabú como el suicidio, muerte por sobredosis o sida en los años 80.Las consecuencias de esta desautorización pueden ser el aislamiento del doliente, dificultades en pedir y recibir ayuda y posibilidad de duelo complicado


Duelo negado o retardado

En este caso nos encontramos con una persona se niega a aceptar la realidad de lo sucedido, no puede afrontarla, se siente incapaz de lidiar con semejante sufrimiento, y aparece como mecanismo de defensa la negación. De esta manera el cerebro opta por negar el dolor dejándolo para otro instante. El duelo puede acabar saliendo al cabo de años y el gatillo que lo desencadena puede ser otro duelo o cualquier dificultad en la vida. Muchas veces lo vemos en niños que perdieron un progenitor, o un abuelo y los adultos de referencia se negaron a hablar de ello, o les impidieron la despedida, actuando como si no pasara nada queriendo así normalizar su vida.

Estos niños más tarde, en la adolescencia o en la adultez muestran dificultades para gestionar sus emociones y pueden acabar haciendo el duelo incluso 20 años más tarde.


Duelo anticipado

El duelo anticipado supone sufrir por una pérdida inevitable que aún no ha sucedido, puede ayudar a reconocer la realidad de la pérdida de forma gradual, puede ayudar a resolver temas pendientes, dar valor al presente, descubrir lo esencial, prepararse para la pérdida y expresar emociones. Pero puede ser contraproducente si provoca una preocupación exagerada, aparece sintomatología depresiva, entorpece el cuidado, se siente todo perdido, no se sabe cómo actuar ni qué decir y se convierte en un duelo completo antes de tiempo. Hay autores que describen el proceso en forma de etapas. Tras una fase de choque, toma de conciencia y decaimiento, ocurre a veces una etapa de trascendencia que cambia el sentido al final de la vida. La búsqueda de sentido propuesta por la logoterapia es una herramienta útil para afrontar el presente con plenitud, y aprovechar un tiempo muy valioso.

“Solo las personas capaces de amar intensamente pueden sufrir un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar sus duelos y los cura.  Leon Tolstoi”